Manda-mientos

La luz se zambullía en el movimiento,
breve crujir  de alturas,
vomitando palabras prohibidas,
quemando  mandatos en la sombra,
de aquellos que huyen de la cordura.
Mientras,
en el salón,
los invitados de la noche,
nadaban de chisme en chisme,
regocijándose en lo burlesco.
Brazadas de ida,
tragando saliva burbujeante,
entre inspiración y exhalación.
Cotorras con frac y peinetas enjauladas.
Sólo la verdad
disparaba la atención de la lámpara.
Mandarás parar lo aprendido,
resonaba por todo el ambiente.
Eco tapado
disparando  fuergos artificiales en las mentes.
Mienten,
mentes,
dementes.
Mandamientos,
preceptos dictados bajo fuego,
en la noche bañada de alcohol,
difuminando así la credibilidad de los mismos.
Mañana todo pasará,
volverá la calma de la locura,
regresará la compostura de las aparariencias.
Y cada hogar de buena ciudadanía,
predicará  lo mandado por ley,
incluso  sus subconscientes desenfrenados,
en una noche de verano.


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