La historia pintaba mujer
El tiempo ya no era amigo,
era de fiero amarre.
Perfectas dosis de silencio,
almas en mujer calladas,
la voluntad propia quedó arrestada,
mutilada,
despojada a deshoras,
encerrada en paredes de miedo y cobardía.
La historia no es,
se hace interesada ,
se conviene,
se pacta para unos pocos,
se marca con tufo masculino.
Un tufo que persigue al propio hombre,
estigmatizándolo a los que no quieran.
Desequilibrio de ambas energías,
condenadas a estar en unión perenne.
Pero la Historia es sabia,
urge sabiduría,
Y al final pone a cada cual en su sitio.
Por eso las almas de mujer salen,
se salen del anónimo,
del pasado lastrado.
Salen incluso de paredes antiguas,
al presente,
paredes en verde esperanza.
Para el ahora.
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