EL PASO DEL TIEMPO
En silencio,
casi imperceptivo,
transcurre el ritmo natural del abandono.
La casa deshabitada, muere,
aunque la maleza se resiste a soltarla.
Más que soltarla, la atrapa,
suave, la acaricia con sus ramas,
hasta luego taparla.
Sabedora de la velocidad del tiempo,
su aliado es el silencio y el olvido.
Ocultando toda prueba de su existencia.
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