Sin amor
Miércoles por la tarde,
tarde de cine,
la pantalla real está enfrente de la gran pantalla,
la butaca se tiñe de sillón de reuso,
acomode para la merecida película.
Larga espera en sesión nocturna.
Hoy no se comen palomitas,
empachan a los vientres hambrientos,
y recuerden a la mente que no hay cena,
brindis de tetrabrick por la ausencia.
Antes de la película hoy no hay anuncios publicitarios,
el cartel ya es publicidad engañosa y con eso basta.
La verdadera película está escrita en cartones,
sin amor dicta el cartel del estreno,
pero sin amor no se podría aguantar,
aguantar largos días de invierno,
acoger el asfalto como colchón,
coleccionar miradas ajenas de compasión camufladas en pena,
sostener un cuerpo inerte en vías de derrumbe.
Sin amor dice,
sin amor no hay agarre para el aliento,
mandaría más el llanto y la desesperación,
y dejaría en desuso al despertar,
sin amor pone...
sin amor las manos no aguantarían un vaso de frío vino,
vino donde ahogar ese sin sentido,
vino hecho de sangre para que la sangre aguante.
Sin amor,
¿qué sabe el cartel sobre el amor?
¿acaso unos pies cansados no saben lo que es amar un baño caliente?
¿saben unos ojos tristes amar el gesto cálido de un extraño?
Sin amor no hay película,
sin amor...
dar la vuelta.
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