Balas con nombres

El polvo que nada cubre,
recuerda los nombres perdidos.
Almas hermanas,
separadas en sangre.

Casquillos de ida,
muerte de vuelta.
La sin razón dueña del gatillo,
disparos hambrientos,
que nunca sacian.

La guerra separa,
el odio separa,
los fanáticos separan.
La pólvora y la rabia,
unen muerte y tierra.

Los hechos tristes suceden,
y suceden para recordar
que no vuelvan a suceder,
y suceden una y otra vez.

Sucedáneos agotadores,
sin pizca de arrepentimiento.

Las almas siguen matando,
almas que mueren cambiando nombre.
Almas que despues recuerdan,
recuerdan la estupidez del desgarro.

Tu razón y la mía dan igual,
la vida en sì es Unión,
aunque no pienses igual,
aunque no hables igual,
aunque la distancia sea un abismo.

La tierra envuelve y nutre por igual.
Ajena a ideologías,
a verdades ocultas o abiertas,
distante de leyes religiosas o civiles.

La tierra sola sabe sus leyes,
respeta sus leyes y no las del humano.
Dediquemos más tiempo a observar,
mirar ojos y corazones,
antes que los señores de la guerra,
regalen balas en los desayunos,
y pistolas en los cumpleaños.