Glaciación comunicativa
Primavera 2020, el cambio climático llega primero a la forma humana, la "glaciación" que sufre la especie en la comunicación existente, nos lleva a la escucha en silencio, sin distracciones.
La comunicación no fluye cuando las partes comunicantes no se convierten en oyentes también. Cuando lo que dice una parte puede ser verdad, lo que dice la otra también y entre ambas llegar a un buen discernir y entendimiento.
Cuando los medios oficiales quieren informar, crean todo lo contrario, desinformar, ya que no están dando cabida a una información amplia por diversidad de opiniones, sólo lo que es "oficial", entendemos por oficial sólo lo contemplado por el propio gremio comunicativo, no admite discusiones, ni debates donde se construya otras versiones de los hechos.
En la Era de la información, donde las redes sociales disparan palabras por segundo, es difícil llegar al buen entendimiento, y mucho más a conocer la verdad de dichas palabras escritas o habladas. Hay que rebuscar como gangas en rebajas , toda la información que vuela por los medios, y poder hacer uso de mini dosis de realidad camuflada, para saber el origen del asunto.
Los políticos no entienden de buena comunicación y menos en tiempos de crisis, en lugar de intentar dialogar hacía una unión cívica, despojándose el ego individual, para ponerse el traje colectivo , en pos del servicio al pueblo, se enzarzan en dividir y confundir más a la masa social.
Masa social , encerrada con castigo domiciliario, por el "bien común", aquí la comunicación se divide:
Unos intentan poder usar esa libertad del individuo desde sus balcones, hablar con palmas; con músicas, con miradas cómplices, silencios íntimos, sentir a la persona próxima y así saberse cerca y en unidad de intención.
Otros, los cobardes y ruines, intentan comunicarse siendo jueces y espías, criticando actos ajenos, que quizás en valentía, sin vigilancia policial harían igual o peor.
Y un tercer grupo que sólo comunican miedo con miedo, manejando información que no comparten por algún interés oculto quizás.
La comunicación por móviles se ha vuelto cercana en las familias que ya no se pueden tocar, se crean grupos para compartir, a su vez surgen pequeñas discusiones cuando se comparten videos e información, que cada persona no comparte en sus adentros y salen los egos de por medio.
Y lo más triste de la comunicación vía móvil es la posible escucha no autorizada de las compañías y entes gubernamentales, entrega de ubicaciones para vigilar y controlar más si cabe a la masa social, que no ayudan, sino que generan recelo y pérdida de privacidad.
Se ha capado la última y casi más importante comunicación, la de las últimas palabras a los seres queridos que abandonan el cuerpo físico, siendo telepática la comunicación de despedida, algo que era lo más humano para presumir como especie, donde ese momento último podía ser terapéutico y salvador, se ha reprimido por el miedo del contagio vírico.
Comunicar en abierto, sin miedo, sin intención de manipular, y como pone en una de sus definiciones el diccionario: Hacer a una persona partícipe de lo que se tiene.
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