Misión para la esperanza
A veces vemos los cambios imposibles, siempre caminando cuesta arriba y tentados a desistir en mitad del trayecto,sólo porque se vé muy lejos, o porque simplemente no se vé el final del camino .
Con insistencia, paciencia, confianza y con dosis de escucha interna, se pueden romper barreras, motivados por el amor, amor en mayúsculas,amor hacia los animales, para tomar consciencia del sufrimiento que puedan sentir los animales por culpa del egoismo humano.
Motiva la lucha, los pasos, cuando el fin es una buena causa, y lo sabes no por demagogia política, no por interés económico, sino simplemente desde el respeto,la compasión y el amor desinteresado.
Motiva aún más, ver a bebés con sus progenitores sintiendo esa vibración de cambio, vibrando en valores de esperanza, sentir que un futuro es mejor si desde el presente se sienten las ganas por cambiar lo que destruye, lo que mata, lo que aleja al ser humano de la naturaleza y de sus moradores.
La verdadera misión es confiar, e inculcar valores sanos para seguir caminando movidos por la esperanza de que en unidad se pueden cambiar las cosas,y crear así una vida mejor, lejos del abuso a otras especies, incluida la nuestra también.
Dejo un poema de Walt Whitman para esta ocasión:
No te detengas
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
Un poema de Walt Whitman
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