Caminar siempre



En la oscuridad
los pasos encienden las baldosas del presente,
si te paras ella gana,
si gana vuelta a empezar,
siempre gana,
o eso se cree la oscuridad.
Con la luz la sombra se queda insignificante,
se tiene, no  importa que  mire,
es más, se necesita que hable de vez en cuando
para saber donde esta la cordura,
adelantar siempre la intención
justo un paso más.
No desesperarse y confiar,
sutil acción de unos pies caídos
torpes quizás,
que quieren avanzar.
No importa que la oscuridad  utilice el viento o el frío,
los pensamientos negativos,
o las emociones atrapadas,
los susurros mal dirigidos rebotan sobre los escombros,
y la entierran en silencio.
Escucha tu propio susurro,
el cálido,
el que anima y no entorpece,
enjaulado con barrotes dorados
esperando la ansiada salida siempre.
Muchos días de sordera incendiaria,
que impiden levantar la mirada,
hasta que sientes su halo firme.
Y decides caminar,
la clave es seguir caminando,
aún sin saber rumbo firme
sin alientos ajenos que animen,
inclusive sin dinero en los bolsillos.
Da igual,
caminar,
caminar un día y otro
y otro...
hasta dejar la acción en los sueños,
y caminar dormidos y despiertos.










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