Envolturas innecesarias
Se tapan los cuerpos con mesura,
minuciosa delicadeza,
casi con obsesivo perfecnionismo.
Ninguna cabidad suelta
ninguna tentativa de fuga,
envolvimiento en tenue y en sigilo.
Todo lo que acontece dentro
dentro se queda,
emociones
fluidos,
tufos indecorosos,
desganas trasnochadas,
cuerpos bien rígidos
para castrar el movimiento voluntario.
Atados,
apretados,
amarrados
con firmes intenciones.
Pero los cuerpos empiezan a levitar,
la mente no entiende de vendajes,
de ataduras,
de envoltorios baratos
de trapo intencionado.
Expansión más alla del cuerpo,
bombardeo constante, que no para,
si no lo paras,
dualidad incesante,
siempre bendita elección,
maldita a veces.
Miedos que dominan las buenas acciones,
los buenos momentos cambian de bando,
como cambia el interesado,
según vaya el río a favor o en contra.
dudas que se pintan a carcajadas diablescas,
en preguntas a deshoras.
Horas eternas si todo fluye
horas malditas si abres la puerta del bloqueo.
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